Historia del Miriñaque

   Hay prendas que parece que desaparecieron, o no están de moda como lo estaban antes, su uso ha dejado de tener la importancia o demanda que tenían en sus años mozos, pero no cabe duda que a pesar de que hay prendas que nunca regresan con la moda, otras definitivamente no se van. 


Hoy te hablaré del Miriñaque, una prenda única que se ha conservado a lo largo de los años, aunque claro actualmente no se fabrica con los mismos materiales. 

Esta prenda fue considerada como un accesorio del siglo XIX que sustituía a todas esas faldas superpuestas que las mujeres de la época usaban para darle volumen a sus vestidos. La cual también fue objeto de polémica y burlas dentro de las fiestas de la burguesía de los años de 1840 debido a la incomodidad que podía causar a las mujeres el simple hecho de llegar a cruzar una puerta, estrecha, o sentarse sin tener incomodidad.

Sin embargo era un armazón ligero y más fácil de llevar a comparación de todas esas faldas superpuestas, fue una prenda que se estableció después del famoso "Guardainfante" español, el cual nos recordaba la amplitud de las caderas entre las cuales podría caber cualquier niño. Recordemos que el uso de este estilo de prendas eran vistas como un indicador de riqueza y muchas veces de pureza, como por ejemplo las faldas largas y frondosas eran símbolo de castidad. 

Este es un Miriñaque del siglo XIX
las tiras de tela eran hechas de crin de caballo y lino


El miriñaque, también llamado armador ó, como lo conocemos actualmente, crinolina; nació gracias a la iniciativa de Eugenia Montijo, nacida en España el 5 de mayo de 1826, hija del Conde de Teba Montijo. La cual se convirtió en esposa de Luis Napoleon III, emperador de Francia; y que la llevo a introducirse en la política francesa, gracias a eso se convirtió en un icono de la moda, como emperatriz fue nombrada la reina de la moda, ya que tomaba muy enserio promocionar su indumentaria tanto textil como sus joyas.

Eugenia de Montijo eligió a "Charles Frederick Worth" como su modisto, al cual en 1860 lo nombro costurero oficial de la Corte y él cual conoció gracias a la princesa de Metternich. Worth era originario del Reino Unido, donde trabajo como aprendiz en la novedosa tienda de ese entonces Swan & Edgar of Picadilly Circus, antes de que en 1858 se mudara a Paris donde fundo su propia casa de moda en la Rue de la Paix. 

Charles Frederick Worth 
y étiqueta. 
Considerado un precursor de la alta costura

Fue gracias a Worth que Eugenia Montijo experimentara con la adaptación una nueva prenda a la cual se le daría el nombre de miriñaque en España, un invento que daba volumen a sus prendas, y que sin duda alguna impulsaría a las manufacturas sederas de Lyon, ya que con ella se implementaba la utilización de nuevos materiales textiles para la aplicación de sus vestidos lo cual causo una gran sensación en Francia y fue un boom de despegue para la región de Lyon. 

El miriñaque era fabricado con crin e hilos de algodón o de lino, la tela era delgada y rígida. Se formaba una trama de crin que se urdía con el algodón o lino y al ir tejiendo los delgados trozos de tela se armaba introduciendo los aros de acero o ballenas que daban la forma circular del Miriñaque, es gracias a esto que hoy en día conocemos a esta prenda con el nombre de "Crinolina" que proviene de la palabra en francés "crinoline" que hace referencia al significado de crin en lino.  




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